miércoles, 9 de septiembre de 2009

correspondidos

Ahí estaba él, de nuevo, volviendo a querer ser parte de mi vida, ¿Cómo hacerle entender que ya no era indispenable, que no lo necesitaba para poder vivir día tras día, que ya todo entre nosotros estaba muerto?. No, no escuchaba, o no quería escuchar, o escuchaba pero no le importaba lo que yo pensaba, él siempre quería más y más; ¿Es que no le hes suficiente con todo el daño que le hago? ¿No entiende que ya no quiero un "nosotros"?. Me levanté decidiad a dar media vuelta y ya no volver a mirar atrás, pero de un momento a otro me agarró de la mano "no te vayas, te lo suplico, no me hagas esto" y ahí estabamos ambos dos, sufriendo como dos perros nuevamente. Me deshize de su brazo, no lo soportaba más! ¿Es que no entiende que no le quiero más? ¿Acaso necesita un buen golpe para hacerlo entrar en razon de que todo, absolutamente TODO terminó? Si es así,que me lo haga saber POR FAVOR!. Comenzé a correr, no me importaba el rumbo al cual me dirigía, pero sabía desde lo más profundo de mi corazón que no debía estar junto a él, no quería estarlo, no quería verlo nunca jamás. Los pasos resonaban en la lejanía mientras los recuerdos iban floreciendo a borbotones por todos los poros de su cuerpo. Esta vez no lo va a lograr, juró para si mismo. Pasó corriendo delante a la fuente que tenía tantos deseos guardados y giró a la izquierda para dirigirse a la torre mayor. “No, esta vez no me voy a dar por vencido, tengo que seguir” se obligó a sí mismo. Oscuridad, latidos que se iban acompasando a medida que el tiempo transcurría “¿qué sucede?,¿por qué no puedo ver?” no encontró respuesta. Un haz de luz blanca comenzó a notarse a lo lejos, e iba aumentando más y más. ¿Es que él no se iba a dar por vencido nunca?, no entendía el por qué de sus acciones tan cambiantes, pero todas con un rumbo fijo: yo. Frené en seco al darme cuenta de adonde me habían llevado mis instintos. Una tranquilidad comenzó a apaciguar la locura que antes sentía. Me sentí fuerte, bien, lista para cualquier ataque. Finalmente. ¿Qué es esa luz? se preguntó repetidas veces mientras se iba acercando a la extraña luminosidad. Por más de que era un hombre que no le temía a casi nada, sentía una extraña presión en el pecho. Un paso tras otro, iba comprendiendo a dónde lo había llevado su precipitada carrera. Miles de recuerdos lo asaltaron con las defensas bajas "te quiero, para y por siempre..amor".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

something